Aprovechando la
luz de la luna como un faro encendido en la noche, la estrella polar
será su guía, la mar en calma, el viento calla. Una patera vieja y
deteriorada de ocho metros a babor, no tiene motor, unos remos y tres
flotadores de salvavidas.
Van llegando descalzos a una playa de
arenas finas, con el miedo metido en el cuerpo, en silencio y a
escondidas. De ropa lo puesto, unas cantaras de agua y unas bolsas de
comida, para un viaje sin vuelta.
Una madre de piel oscura, en sus
brazos lleva a su hijo y en su vientre un nuevo ser. Va buscando una
oportunidad, un nuevo mundo, crear un futuro lleno de esperanza. Huye
de la guerra, las injusticias, la mala política que el hombre
utiliza y aplica para llegar al poder. Poco a poco se aleja de la
playa con los ojos llorosos y el rostro triste, deja la tierra donde
nació, su hogar, su marido, asesinado con un tiro en la nuca,
luchando por sus ideales, de igualdad y libertad. La prioridad es
salvar las vidas de sus hijos y la suya.
¡Madre de piel oscura! ¿Qué
se siente en lo más profundo de tu corazón, al partir sin rumbo y a
la deriva, mar adentro, rodeada de aguas revueltas, metida en una
patera donde los cuerpos de los compañeros se aprietan, buscando el
calor, el frio traspasa esas ropas mojadas del movimiento de las
olas golpeando los costados de proa a popa?
El viento sopla con
fuerza, cansados de remar, el agua y el alimento escasea, las
defensas debilitadas. Los niños agarrados a sus madres, abrazos y
miradas perdidas, solo resalta en la noche el blanco de sus pupilas y
sus dientes temblando de miedo y frio.
El mar que no entiende del
color de la piel, de razas, de naciones, ni banderas, para eso está
los hombres con sus fronteras, levantando muros y su impotencia.
¡Madre de piel oscura! desesperada buscando tierra en el horizonte,
una chispa de esperanza, una luz que brille, un barco que se cruce en
su destino.
El mar de los poetas, de los románticos, los pintores de
pincel fino, los marineros bravíos. Los que se juegan la vida en una
patera, no entienden de romanticismo, ven unas olas enormes, un mar
enfurecido, un sol que los va quemando, unas aguas saladas, sin poder
calmar su sed.
Un día triste para una madre, madre de piel oscura,
su hijo enfermo y desnutrido, abrazado a su cuerpo no respira, uno
más en una lista escrita en el agua, le robaron su vida, una vida
que empezaba. Llantos sin lágrimas, suspiros y silencio, cuerpos
exhaustos, el agua cubría el fondo de la patera.
Busca a su Dios, a
un Dios que no encuentra, un salvador que tenga piedad, la muerte los
llama. Las plegarias y su fe no fueron escuchadas o no llegaron a
tiempo. Un mar cubierto de cuerpos inocentes, cuerpos flotando cabeza
abajo, un fondo azul oscuro, el cielo triste, testigo de la tragedia.
Mujer de piel oscura, sueños incumplidos, amores arrebatados, el que
llevas en tu vientre dejo de sentir el latido de tu corazón, el
calor de tu cuerpo. Juntos hicisteis el último viaje, en un mundo
donde las personas no valen nada, según el color de la piel.
Juan Reyes