martes, 26 de febrero de 2019

¡MADRE DE PIEL OSCURA!


Aprovechando la luz de la luna como un faro encendido en la noche, la estrella polar será su guía, la mar en calma, el viento calla. Una patera vieja y deteriorada de ocho metros a babor, no tiene motor, unos remos y tres flotadores de salvavidas. 
Van llegando descalzos a una playa de arenas finas, con el miedo metido en el cuerpo, en silencio y a escondidas. De ropa lo puesto, unas cantaras de agua y unas bolsas de comida, para un viaje sin vuelta. 
Una madre de piel oscura, en sus brazos lleva a su hijo y en su vientre un nuevo ser. Va buscando una oportunidad, un nuevo mundo, crear un futuro lleno de esperanza. Huye de la guerra, las injusticias, la mala política que el hombre utiliza y aplica para llegar al poder. Poco a poco se aleja de la playa con los ojos llorosos y el rostro triste, deja la tierra donde nació, su hogar, su marido, asesinado con un tiro en la nuca, luchando por sus ideales, de igualdad y libertad. La prioridad es salvar las vidas de sus hijos y la suya. 
¡Madre de piel oscura! ¿Qué se siente en lo más profundo de tu corazón, al partir sin rumbo y a la deriva, mar adentro, rodeada de aguas revueltas, metida en una patera donde los cuerpos de los compañeros se aprietan, buscando el calor, el frio traspasa esas ropas mojadas del movimiento de las olas golpeando los costados de proa a popa? 
El viento sopla con fuerza, cansados de remar, el agua y el alimento escasea, las defensas debilitadas. Los niños agarrados a sus madres, abrazos y miradas perdidas, solo resalta en la noche el blanco de sus pupilas y sus dientes temblando de miedo y frio. 
El mar que no entiende del color de la piel, de razas, de naciones, ni banderas, para eso está los hombres con sus fronteras, levantando muros y su impotencia. ¡Madre de piel oscura! desesperada buscando tierra en el horizonte, una chispa de esperanza, una luz que brille, un barco que se cruce en su destino. 
El mar de los poetas, de los románticos, los pintores de pincel fino, los marineros bravíos. Los que se juegan la vida en una patera, no entienden de romanticismo, ven unas olas enormes, un mar enfurecido, un sol que los va quemando, unas aguas saladas, sin poder calmar su sed. 
Un día triste para una madre, madre de piel oscura, su hijo enfermo y desnutrido, abrazado a su cuerpo no respira, uno más en una lista escrita en el agua, le robaron su vida, una vida que empezaba. Llantos sin lágrimas, suspiros y silencio, cuerpos exhaustos, el agua cubría el fondo de la patera. 
Busca a su Dios, a un Dios que no encuentra, un salvador que tenga piedad, la muerte los llama. Las plegarias y su fe no fueron escuchadas o no llegaron a tiempo. Un mar cubierto de cuerpos inocentes, cuerpos flotando cabeza abajo, un fondo azul oscuro, el cielo triste, testigo de la tragedia. 
Mujer de piel oscura, sueños incumplidos, amores arrebatados, el que llevas en tu vientre dejo de sentir el latido de tu corazón, el calor de tu cuerpo. Juntos hicisteis el último viaje, en un mundo donde las personas no valen nada, según el color de la piel.
Juan Reyes

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