jueves, 27 de diciembre de 2018

BAJO LAS ENAGÜILLAS


Terminaba el otoño. Las hojas se arremolinaban bajo un banco de forja pintado de color negro. Una hilera de cipreses como soldados cubría el respaldo y una centenaria morera desnuda, temblaba con la fuerza del viento. El sol asomaba tímido, oculto por un cielo cubierto de un manto de nubes grises y aborregadas: pronto llegaría el invierno.
Mi madre, entonces, subía a la buhardilla donde guardaba en un baúl de madera y chapado de un metal de lata color dorado, las enagüillas de la mesa camilla que cada año volvía a poner. Una mesa redonda de madera de roble, una tarima y un brasero de latón; todo bajo una tela de chenilla gruesa, suave y acogedora con aspecto aterciopelado de color verde; una falda caída sin llegar al suelo, para arroparnos los días de invierno y mantener el calor que desprendía el brasero. Recuerdo de niño los inviernos bajo la mesa: era otro mundo. Un mundo creado en mi mente donde nadie podía entrar. Me imaginaba que era un aventurero espeleólogo buscando entre los pliegues y las arrugas de las enagüillas cuevas y grietas por descubrir… Un escalador rodeado de paredes peligrosas y cumbres donde la cima eran las rodillas de mi padre y mi madre. En la oscuridad, con la luz de los carboncillos del picón, el olor que desprendía a romero, lentisco y retama quemado a fuego lento, me sentía feliz. Mas cuando había peligro y mis enemigos me asechaban me hacía el valiente: ¡estáis perdidos, solo tengo que gritar! Eran los cuatro pilares de mi familia los que escalaba cada noche, donde me sentía seguro por ellos, bajo una tela que separaba dos mundos el real y el de los sueños. Un niño que cada inverno bajo las enagüillas aterciopeladas se inventaba otra forma de ver la vida.

2 comentarios:

  1. Desde el calor del brasero,
    Saludo tu blog tan lleno
    De esperanza e ilusión.
    Sigue por ese sendero,
    Que hasta las rosas del cielo
    Se quitarán el sombrero
    Cuando escuchen tu canción.

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  2. Corregir una palabra. Anoche, fruto del sueño puse "rosas del cielo", en realidad quería decir los "santos del cielo"
    Gracias y a seguir escribiendo que lo haces muy bien.

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