jueves, 19 de diciembre de 2019

UNA RAZÓN Y UNA SONRISA

Hay muchas personas solidarias que ayudan a organizaciones  independientes de todo poder político, religioso, militar o económico. Gracias a millones de hombres y mujeres que voluntariamente colaboran con el único interés en ayudar a los profesionales y voluntarios. En MSF hay más de seis millones de socios, entidades privadas, instituciones públicas, etc. En esta organización que actúa en acciones asistiendo a personas amenazadas por conflictos armados, violencia, epidemias o enfermedades olvidada, desastres naturales y exclusión de la atención  médica, etc.

Desde el año 2012 camino a su lado, voy aprendiendo a valorar  más la vida, una razón más, para ayudar, a los que más la necesitan. Por vivir en un sitio concreto, en un momento concreto de sus vidas. Viven unas situaciones no deseadas,  arrebatándoselo   todo. Otros no llegaron a  conocer nada mejor, nacieron y se criaron en un campo de refugiados. Yo me siento grande y pequeño, al ser solidario en mi humilde economía. Son muchas las veces que me han dado las gracias, por mi aportación, ese granito de arena, a esta causa tan justa. Yo las comparto con MSF, por vivir esos  malos tragos, las enfermedades, las noches sin descanso. La muerte les  pisa los talones a todas horas. Vivir físicamente y moralmente tantos conflictos armados, epidemias, hambrunas.  Aquellos que pierden a su hijo por desnutrición, a los que les amputaron las piernas por una granada, las mujeres que en el parto se dejaron su vida. Los que lo perdieron todo, la familia, el  hogar, la Dignidad. 

La buena gente, la gente buena que arrima su hombro trabajando desde tantas ONG, Asociaciones, instituciones, etc. Personas que trabajan altruistas dedicándose a los demás a cambio de nada.  Es una  razón para ganar miles de sonrisas. Son como un  cuentagotas,  y cada gota es como un bote de suero, una mascarilla de oxigeno, un kit de supervivencia y unas barritas energéticas. Una vida salvada, una razón y una sonrisa. Llegan las ayudas, pero por desgracia en el mundo cada día hay más víctimas de  guerras. Ello conlleva más desplazamientos, más muertes, más heridos,  más desnutrición, etc. Los desastres naturales cada día son más frecuentes. Los seres humanos sin darnos cuenta con tanto consumismo, contribuimos al cambio climático. Las empresas multinacionales y los gobiernos son los principales causantes. Unos por enriquecerse de la naturaleza indiscriminadamente, otros por permitirlo y no actuar con firmeza dejando contaminar la atmósfera, el agua, la Tierra. Tenemos recursos alternativos para cubrir las necesidades de la sociedad. Médicos Sin Fronteras actúa en cada país que su población sufre estos desastres naturales. Utilizando hospitales públicos, centros hospitalarios o levantando hospitales improvisados con tiendas de campaña con sus equipos de quirófanos y su personal profesional dándolo todo. Actúan lo más rápidamente posible para salvar cuantas más vidas mejor. Muchas personas piensan que ese mundo no es el suyo, que no es su problema porque no les afecta directamente. Cada día cuando nos sentamos en la mesa contamos con un plato de comida.  Cuando nos entra sed, abrimos el grifo y calmamos nuestra sed. Cuando llega la noche nos metemos en la cama tapándonos si hace frío con buenas mantas y si aprieta el calor le damos al aire acondicionado. La vida no es igual para todos por desgracia, tenemos los mismos derechos, a vivir dignamente en esta sociedad donde hay tanta abundancia. A ellos, esos derechos nunca les llegan.  Su mundo está lleno de calamidades, donde sobrevivir es una lucha las veinticuatro horas del día. Una comida cuando llega, beber en los charcos si no hay abastecimiento de agua, dormir en el suelo sin el privilegio de tener un techo, un  fuego en las noches frías, una  manta para cubrir los cuerpos vestidos con las ropas sucias de cuantos días. Rotos físicamente y moralmente buscando una razón. Vivimos en el siglo XXI y no aprendemos. Una parte de la sociedad utiliza su mente pensando en ellos mismos, su egoísmo, su avaricia de poder, no los dejan ver el dolor y el sufrimiento que causan en tantas personas, donde pierden lo poco que tienen y  dejan atrás lo más importante de la vida, la familia. ¿Cuánto duele enterrar un hijo sin ser culpable de nada? Todo por guerras inventadas y poderes corruptos.

La razón de estar escribiendo este mensaje, en estas fechas tan señaladas como es la Navidad, tiene un único objetivo, entrar en los corazones de cada uno de nosotros y ser más solidarios, con ese mundo que parece que no es el nuestro. Las noticias en la radio y las imágenes en la televisión, son de situaciones desesperadas de dolor y miseria. Algunos de nuestros mayores  no las olvidan, se le caen las lágrimas y en la garganta se les hace un nudo, recordando que una parte de su vida y la historia pasaron por esa realidad. Otra razón es la labor humanitaria que desempeñan tantas personas  para salvar las  vidas de los más vulnerables, sin techo, sin recursos para  sobrevivir. En esta labor deposito mi granito de arena, grano a grano se hace una playa. Gota a  gota se llena un vaso de agua,  una pequeña donación  aporta para unas vacunas,  combatir con las epidemias de sarampión, el Ébola, la malaria, etc. Con este donativo contribuimos a salvar una vida, a traer al mundo tantos partos complicados y niños prematuros. Con esa aportación ayudamos a tantas mujeres y niñas víctimas de los conflictos. A que nazcan niños sin el virus del sida. Ayudamos a reducir el sufrimiento de tantos pueblos, desplazados por las guerras.  Son tantas razones por las que contribuir, causas como la desnutrición infantil, que cada día mueren 8500 niños al año en el mundo. Un mundo de desplazados y campos de refugiados, donde van contando los días para acabar con esa pesadilla y volver a su patria. Cuantas historias hay que contar y cada una con  vida propia, algunos hablan de cifras, no de personas ni de sentimientos.      

Hoy les ha tocado a ellos,  mañana sin ir más lejos  nos podemos ver montados en una patera perdidos en la mar. Caminando por un camino sin saber el destino,  en  sus cunetas  cuerpos derrumbados y cansados con los pies ensangrentados huyendo de un enemigo.

Hay una bandera de color blanco, con letras grandes y claras. Su lema es la Paz.  Apostemos por las acciones humanitarias independientemente, imparcial y neutral.  Ondea las veinticuatro horas en el horizonte en libertad. Su mástil está levantado con el esfuerzo de muchos, los que un día apostaron por mejorar la situación de la sociedad, sin perder una vida. Donde las fronteras no existan, donde nuestro peor enemigo nos de la mano, donde las bombas que tiren en las ciudades sean de confeti y regalos, donde las epidemias sean de risas, de versos, de poesías y se contagien, donde pisar un hospital sea de parto o mejorar la calidad de vida. Hay muchas razones para colaborar en este mundo, donde hay tantas necesidades. Nunca es tarde para contribuir en sacarle a un niño una sonrisa, en llenar las barrigas de los que pasan hambre, en regalar amor a los que lo necesitan, en ser humilde como el predicador, en tener más sensibilidad con los que no tienen nada. La Navidad representa unir las familias, repartir amor, vivir en paz, recordar las sillas vacías, compartir los regalos con los seres que tanto se quieren. Feliz navidad y no olvidemos que la mejor razón es ayudar y ganar sonrisas.

De paso por la vida.

Juan Reyes.


martes, 10 de diciembre de 2019

CUARENTA AÑOS DE AYUNTAMIENTOS EN DEMOCRACIA

El día 6 de Diciembre del 2019 la Casa de la Cultura de Badolatosa se llena de historia. Una historia donde sus protagonistas fueron elegidos democráticamente en las urnas por los vecinos del pueblo. Un acto muy emotivo y lleno de recuerdos dulces y amargos, como es la vida misma. Muchos de ellos tuvieron la valentía y entereza de luchar por sus ideales y  una convivencia en  libertad e igualdad, hoy no se encuentran con nosotros. Hoy no se habló de la vida de un político en concreto, de su cara oscura, de sus noches sin dormir, de no vivir pensando equivocarse, de que toda la labor desarrollada se quedó en el aire. Hoy la Democracia ganaba espacio, disfrutando de una noche muy especial, intentar unir y darse la mano porque la convivencia debería siempre ganar.

Este día de mutuo acuerdo todos los concejales celebraron un pleno extraordinario para aprobar por mayoría los 40 años de ayuntamientos en democracia. Una noche llena de alegría. Ver la Casa de la Cultura homenajeando a sus concejales y alcaldes por una causa tan digna como es trabajar para sus vecinos. Les doy las gracias a la corporación por tener este humilde detalle con todos y dar la posibilidad de expresar sus sentimientos libremente a su gente, que son realmente los protagonistas, ellos son la razón de estar aquí. Un imprevisto, desgraciadamente, inoportuno rompió la magia y la concordia de la noche. Cosas que no están puestas en el guión del acto.  Un mal pie de un concejal.  Tuvo la mala suerte que, al levantarse de su silla para ser homenajeado y recibir un diploma y una placa por su reconocimiento a su labor,  se cayó al suelo y se fastidió el tobillo. Todos nos pusimos en lo peor y respiramos aliviados al no ser lo que creíamos. Con este percance se cerró el acto donde nos encontrábamos en la candidatura del año 1991. Los demás concejales recogerían su regalo de reconocimiento y firmarían en el libro de actas para este momento tan significativo. De nuevo doy las gracias y espero que la Democracia siempre esté al lado del pueblo y sus representantes tomen nota de todo.

Yo, en mi humilde persona y como invitado por trabajar en esta causa, tenía algo escrito para expresar mis sentimientos de unidad a mi pueblo. El único interés en mis palabras no es de miedo, ni de rencor, ni desaliento. Mis palabras son de comunicación, de paz, de optimismo porque el camino correcto es el de la verdad. Pido perdón si ofendo a alguien, equivocarme es la cosa más fácil, pero se aprende

En las elecciones del 1995 me presenté en las listas de Izquierda Unida, Los Verdes, Convocatoria por Andalucía. Mi propósito estaba claro. Como un fundador más de la Asociación Ecologista Amigos del Genil quería trabajar por mi pueblo desde el ayuntamiento con el fin de llevar a cabo un propósito, contribuir arrimando mi granito de arena e intentar cambiar la concienciación ambiental, la cultura y crear unos proyectos como por ejemplo La Ruta del José M. el Tempranillo. Trabajé de concejal sin estar liberado, en minoría, dedicando muchas horas, las que le robé a mi familia y a mi trabajo. Una experiencia muy positiva que jamás olvidaré. Fueron años difíciles, pero mereció la pena contribuir en algo tan justo. La democracia gana si sabemos ceder un poco. La democracia gana si reflexionamos con humildad. La democracia es trabajar unidos y con respeto a los demás. La Democracia es la soberanía del pueblo, el derecho a elegir y a controlar a sus gobernantes. Hoy doy las gracias por vivir en Democracia, por compartir este momento, aprendamos que nuestro pueblo espera de nosotros una unión, porque somos una familia dividida. Va siendo hora de romper con los malos consejos. En la vida todos nos equivocamos como humanos que somos. Pedir perdón y rectificar es de sabios. Aprendamos unos de otros y cojamos lo mejor de cada uno, nuestro pueblo se lo merece. Va siendo hora de dejar atrás los rencores, las malas interpretaciones y luchar por la convivencia. La palabra y la humildad es el camino para vivir en una sociedad en Democracia. Espero que mis palabras no se echen en el olvido. Y los que hoy gobiernan y la oposición tomen nota. Que juntos y marcando un rumbo se llega lejos. Badolatosa  necesita una oportunidad para llenar ese espacio vacío que se ha creado. La ilusión y la esperanza se consiguen con el ejemplo. Los Alcaldes y concejales que hoy estamos aquí invitados contribuimos en un momento de nuestras vidas. Hoy de nuevo siendo muy repetitivo os pido que estas nuevas generaciones de alcaldes y concejales aportéis ese granito de arena  en trabajar en este proyecto. La unidad de un  pueblo en Democracia.

6-12-2019

De paso por la vida.

MI MADRE, MI ÁNGEL DE LA GUARDA.

Mi madre, mi ángel de la guarda. Han pasado dos años de aquel atardecer triste de abril; cuando los naranjos estaban en flor, las golondrina...