jueves, 13 de junio de 2019

Cultura y Educación (Capitulo V)

No sé si existe la cultura del arte de soñar en un mundo más equitativo. Somos animales racionales si tenemos la barriga llena. Cuando el alimento no llega, las fuerzas flaquean y nos volvemos más agresivos e irracionales. No tenemos amigos y sacamos el animal que llevamos dentro. La cultura y la educación pasan a segundo plano. Ese es el mejor ejemplo para demostrar que con la barriga llena se piensa mejor y las cosas son muy diferentes. En este mundo hay mucha hambre, miseria, esclavitud. El hombre no debería ser olvidadizo. Pueblos civilizados con tal alto nivel cultural en el siglo XXI. No deberíamos sentirnos orgullosos si una parte de la humanidad pasa hambre. 2.800 millones de personas viven con menos de 2 dólares al día. 448 millones de niños sufren de bajo peso. 876 millones de adultos son analfabetos, de los cuales dos terceras partes son mujeres. Cada día, 30.000 niños menores  de cinco años mueren de enfermedades que podrían haber sido evitadas. Más de mil millones de personas no tienen acceso al agua potable. El 20% de la población mundial posee el 90% de las riquezas.

Hablar de cultura y educación es un mundo muy extenso e infinito. Los estudiosos, filósofos, intelectuales, ideólogos, antropólogos han estudiado las cosas y al ser humano desde que nace y su comportamiento a lo largo de su vida. Los seres humanos somos tan diferentes, cada uno tiene sus propios pensamientos y su forma de actuar en la vida. Sin generalizar y con la experiencia de los años vividos he conocido a personas con mucha preparación académica, otros con cargos importantes y una buena economía. Y su actitud y proceder con arrogancia, mirando a los demás por encima del hombro, ignorándolos y creyéndose superiores a los demás. Dejan que desear de su cultura, educación y respeto a los demás.

Las personas viven en países diferentes. Nacen en una capital, en un pueblo, en una casa rural, en la sierra. Las personas viven en unas familias de clase alta, media o baja. Las oportunidades no son iguales, ni su cultura ni sus relaciones, ni sus comportamientos. Todos tenemos los mismos derechos, pero las posibilidades cambian. La vida es una lotería, a unos les toca, otros pierden y otros nunca tuvieron la oportunidad de comprar el décimo.

Me he criado en una familia pobre y humilde, pero me siento orgulloso sin serlo. Mi padre y mi madre nos han transmitido sus valores y  nos han educado para ser honrados, trabajadores, humildes, cariñosos, respetuosos con las personas y las cosas, amar, compartir, valorar, soñar, luchar.  Han sido un ejemplo a seguir siempre y mis hermanos y yo queremos inculcar estos principios a sus nietos y a las generaciones venideras. Los principios de una sociedad que quiere vivir en paz. Es verdad que, por las circunstancias de la vida y por desgracia, tuvimos que abandonar el colegio y el mundo de ser niños. Eso también ayuda a valorar lo poco que tienes, a estar más unidos y a comprender que para conseguir algo tienes que ganártelo con tu esfuerzo. La vida no regala nada.

Mi forma de pensar, razonar y de ver la vida es conocer nuevos mundos, nuevas civilizaciones. Gente importante del mundo de las artes, etc. Es conocer también nuestro medio ambiente,  hacer un resumen de nosotros, los valores naturales, sociales y culturales existentes que tenemos. Que nos influye en la vida material y psicológica, en estos momentos, y en un futuro a las  generaciones venideras. Mi cultura es la convivencia de cada día. Aprendo escuchando, observando, valorando. Me gusta cambiar impresiones con buenos modales y educación. Los  saludos, cada mañana dando los buenos días. Me interesan las inquietudes, las nuevas ideas, las que hacen a los pueblos más cultos y desarrollados. Mi gran obra de arte es mi familia. En los momentos de ocio me gusta la ecología. La ciencia que se encarga del estudio y análisis de los ecosistemas. Contemplar desde la atalaya de la Sierra de la Cabrera los parajes naturales y su riqueza biológica. Disfrutar de las bellas panorámicas en el horizonte, situado en la cima del término de Badolatosa, mi tierra.

La cultura y la educación van cogidas de la mano, son dos buenas aliadas y amigas. La lectura es la mejor herramienta que tenemos al alcance de la mano para formarnos y ayudarnos en la vida a ser más cultos. Voy aprendiendo cada día de mis errores y mis faltas. Formándome y aprovechando esta oportunidad que la vida me ha dado para expresar mis pensamientos. Mi vocabulario es pobre igual que mi forma de escribir. Me expreso como lo siento. Llanamente sin utilizar palabras técnicas. Todas vienen en el diccionario, intentaré mejorar e ir corrigiéndome. Hace dos años escribí mi primer relato. Una obra dedicada a un vecino. Un homenaje al mundo de la arriería. Manolillo, “El Carrero” El último Arriero de Badolatosa. Lo hice con la ayuda de otras personas a las que estaré siempre agradecido.

La vida no quiere  prisas. Nosotros vamos acelerados. Todo tiene su día y su momento. Aprovecha el tuyo. Ser culto y educado con todo el mundo es la mejor fórmula para vivir en sociedad.
 
Juan Reyes

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